23.2.10

Sin tregua

El agua no cesó de caer. Sin una tregua. Sin lugar a respiro. Salvo cuando ya no había remedio.
Cuando todo había quedado prácticamente cubierto por el líquido elemento. Cuando los enseres perdidos, sustituyer0n afortunadamente a las vidas. Cuán arrepentidos estaban!
La generosidad de la meterología, había puesto de manifiesto las fuerzas superiores de la naturaleza.
Ya nada se podía hacer, salvo esperar a que acabaran de complacer las tantas peticiones de lluvia, que estaban siendo atendidas a la vez...
El panorama desolador, pone de manifiesto la insignificante fuerza humana, frente a la decisión implacable de la madre naturaleza.

El agua sobre él...

Cabo Verde, África El agua sobre él... Se ungía, cual venerado líquido que resbalaba sobre la piel curtida por el sol y el viento....