17.5.19

El agua sobre él...

Cabo Verde, África

El agua sobre él...


Se ungía, cual venerado líquido que resbalaba sobre la piel curtida por el sol y el viento. Su alimento, el cariño materno, tras una caminata que había sido interminable. Cuando llegó y la vió, su pequeña alma quedó prendada. Había estado pensado en ella, a lo largo de kilómetros. Llevaba un recipiente vacío que antaño contuvo gasolina. Ahora lleno de agua, con la que se regaba una y otra vez, como si fuera una planta y sin tregua. Respiraba, y sentía el frescor que recibía con alegría en su piel de ébano.

(Fotografía premiada con el Galardón Photoaquae19 y National Geographic)

10.8.16

Máquinas y arena....




Máquinas y arena, se cruzan constantes en una lucha interminable por abarcar el territorio. La duna se impone, mientras el hombre se empeña en llevar la contraria a la naturaleza, con su maquinaria artificial. Ella dormía tranquila y se desplazaba al son del baile que le brindaba el levante, sin embargo el hombre insistía en su empeño de dominarla, poseerla, hacer de ella lo que le viniese en gana. Años después, la duna sigue su curso normal y anteponiéndose a todo, sobrepasa la insistencia de la excavadora, que le arranca trozos y la deshace. Ella con la ayuda del viento, vuelve a unirse, se escapa de sus garras y continúa su huida. Los hombres creen que pueden vencerla, sin embargo la duna manejada por las mareas del Dios Eolo continúa avanzando implacable. Se ríe de las artimañas para hacerla retroceder. Engulle en su camino a los frondosos pinos, y planea marcharse de Valdevaqueros, para existir en otro lugar con infinitos cielos poblados de nubes y que otras aguas inunden sus sueños.

15.12.15

Su encuentro...

"Su encuentro"


Su encuentro, el del padre, el de la hija, no fue casual...fue un caprichoso deseo del destino. Tras la aventura de cruzar el salvaje Estrecho, marea insidiosa de nobles aguas, que refugia a cientos de miles de almas de ángeles perdidos en su seno, el padre inició la búsqueda. Les habían ofrecido estancia en un lugar acondicionado para ello, separado por un inmenso cristal un lado del otro. Los padres en el lado de adultos, los mas pequeños, con las madres en el lado opuesto. Su corazón pareció indicarle que unos brillantes ojos le miraban, volvió su rostro, y allí estaba. Sin alcanzar el metro de altura, con sus grandes ópalos descubriendo la vida y la blanca sonrisa ofrecida a quien la acogiera en su alma. El padre la vio de inmediato y ella le sonrió e hizo el gesto tras el cristal, al que de inmediato respondió su padre. Se fundieron en un beso tras el cristal que habría querido separarlos, y no pudo. Ese fue su encuentro, el del alma partida por el destierro, lleno de sin sabores, que acogió su hija en un instante, el de su preciado beso.
(Fotografía premiada con el galardón Andalucía de Periodismo 2015)


20.8.13

Ojos


Se asomó cual ventana al infinito. Dejó ver su alma. La desnudó ante el ojo del gigante. Nunca antes lo había mirado con tanta precisión. Ningún sonido salió de su boca. Había enmudecido. Sin embargo, su mente no dejaba de divagar ante aquella visión. Buscó un recóndito lugar al que transportarse mientras posaba. Vino entonces a su mente los momentos vividos en el Estrecho. Recordó un mar negro, castigado por las olas que hacían mella en la frágil embarcación en la que viajaba en brazos de su madre. Rememoró el miedo sentido, la ansiedad y dudas de todos los que allí estaban apiñados, en tan breve espacio. Luego decidió relajarse y se transportó al presente. Junto a sus amigos, en el Campo de Gibraltar, jugando en el parque...ajeno a todo lo que pudiera hacerle infeliz...

5.3.13

El vuelo


Después de todo, nada tenía que perder. Se lanzó al vuelo, pues había nacido para ello, para volar..
Sintió la brisa en sus alas y se lanzó a toda velocidad, rasgando el aire fresco que arreciaba en sus plumas. Menuda sensación de libertad- pensaba en aquel vuelo tórrido cargado de adrenalina- y consiguió tocar con sus patas el agua fresca y salada que acariciaba la blanca arena... 
Y en esos segundos de vuelo feliz, pensó que era afortunada,.Una gaviota con suerte por haber nacido en una zona privilegiada del mundo. Porque sus padres le dieron la oportunidad de existir en ese paraíso al que llamaban el Estrecho...

20.6.11

Jebel Musa


Lo miró impasible, conteniendo la respiración; porque donde se hallaba, entre los arbustos del bosque, tenía una magnífica vista del gigante. Salió de la espesura de las Corzas, para saludarlo, como cada mañana. El corzo clavó su mirada en el monte, que aquella mañana le regalaba su esplendor, porque soplaba poniente largo y pudo contemplarle en su totalidad. Majestuoso, presidiendo el Estrecho.
Inamovible, viendo pasar océanos de tiempo y de gentes. Barcos y vertidos. Temporales de viento y agua. Inmigrantes tragados ante su presencia, con una basta conciencia.
Jebel Musa le llaman. Vástago de un tiempo añorado, en el que la naturaleza reinaba sobre la tormentosa humanidad, sobre la que aire, tierra y mar, hoy día, temerosos reclaman sus orígenes...

15.6.11

El Mar Negro



Cuando asomó su pico, pensó que había equivocado la ruta y se encontraba ante el mismísimo Mar Negro. Pero no era así, estaba en la ruta correcta. En la puerta de África. Sólo que había hecho un inciso en el arranque de la migración, junto a sus compañeros, para beber agua. Y no pudo ser. Aquel mar que desde su más tierna infancia, recordaba de un tono verdoso cristalino, se había transformado opaco y espeso. Cuando la pesada ola tocó sus patitas, elevó el vuelo unos metros, intentando apartarse del terrorífico escenario, hasta posarse en una roca cercana a la playa. Había sido la playa de sus sueños y ahora, se había convertido en un océano de muerte...

5.11.10

Aprender en el desierto...


Escribir sobre las arenas del desierto, me producía confortabilidad. Pese a la postura incómoda, pese a carecer de mesa y silla, pues no había suficientes para tantos niños.
Sentir el tacto de la arena bajo mi escueto cuerpo, me hacía sentir en casa... la arena del sáhara.
Era muy pequeña para darme cuenta de lo que sucedía a mi alrededor...
Cada mañana me levantaba con la ilusión de ir a mi colegio del campamento, junto a mis compañeros de otras edades, pero de la misma condición. Siempre en el suelo. Aquel cálido lugar, donde aprendíamos y captábamos con entusiasmo las lecciones del profesor.
Hoy día guardo la costumbre de dibujar en el suelo y busco, desesperadamente el calor de la gente, la sonrisa de mis compañeros de clase, la incertidumbre del mañana, en un poblado lleno de saharauis expectantes de un futuro borroso, como las tormentas de arena del desierto...

28.7.10

Tocar fondo

Había tocado fondo...
El final había sido el esperado por la sed de sangre de los animales que ocupaban el coso. Una ovación al matador, puso fin al sonido que durante su corta vida le hubo acompañado.
Aquel sordo aplauso se entremezcló con el sabor de la sangre en su boca... no cabía la posibilidad de dar marcha atrás. Aquel era el final de todo cuanto había conocido. El frío acero se había instalado en su corazón y paralizado su rítmico sonido vital.
Mientras, la plaza ardía de entusiasmo. El jolgorio enarbolado por la victoria del torero, se fundió con el espeso líquido rojo, abriéndose paso por el negro pelaje de la víctima hasta la arena.
Y en un intento por atrapar el último aliento, respiró tan hondo como pudo y echó un último vistazo a los cientos de asesinos que celebraban su muerte!

2.6.10

Un baño erótico


Todo apuntaba a que tras el baño, tocaba sexo...
La mirada de los ángeles, aunque aparentemente distraídos, le intimidaba, hasta tal punto que decidió no esperar a finalizar el reconfortante encuentro con el agua...
La llamó y a continuación no pronunció palabra. Se limitó a mirar el cuadro que tenía enfrente y la repisa del baño, en la que se intercalaban los productos del aseo diario con los "otros productos que irrevocablemente les produciría mayor placer"...
Ella se aproximó en silencio y con la mano en la espalda, la introdujo en las esposas... a continuación comenzó un juego sexual, presidido en todo momento por la expresión angelical del amante y sus guardianes eróticos.
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( Esta fotografía ha visitado el Festival erótico de Lisboa, Sevilla y Barcelona )

19.5.10

La habitación helada


Les habían prometido un hotel de cinco estrellas...
Y las únicas que vieron, fueron las que brillan al cruzar esta dimensión y alcanzar el cielo.
El fundador del Islam, una vez en las puertas del paraíso, les explicó como habían caído en la misma trampa que sus otros hermanos, quienes igualmente habían llegado de forma inesperada al mismo lugar, tras naufragar en una maltrecha embarcación en aguas del Estrecho.
Los dos jóvenes pidieron a Mahoma que sus familias en la tierra, pudieran tener consigo sus despojos carnales, como recuerdo de los hijos que un día fueron.
Pasaron los años y sus cuerpos inertes continúan encerrados en una fría habitación, a la espera de un regreso que no llega.
Mientras tanto sus padres, hermanos y amigos ignoran el paradero de los que descansan, desde hace tiempo, en el abrazo de Alá.

El agua sobre él...

Cabo Verde, África El agua sobre él... Se ungía, cual venerado líquido que resbalaba sobre la piel curtida por el sol y el viento....