Mirada penetrante y cruz en el pecho. Los ojos se aferraron a la novedad del territorio desconocido. Entre el corazón y la piel siempre llevará la marca de su destino que le permitió un sueño: llegar vivo. Siempre confió en conseguirlo, a pesar de lo peligroso de la aventura, cruzar la África mas profunda y atravesar en una barcaza, los famosos catorce kilómetros que habían engullido a buena parte de sus compatriotas, un cementerio marino llamado Estrecho. Incrédulo ante los hechos, reflexionó cubierto por el color humano, que abraza a los inmigrantes que como él, arriesgan todo por descubrir otra forma de vida. Llegó a Tarifa, como Cristóbal Colón al nuevo mundo, pero con una única bandera: la de la fé en los hombres.
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El agua sobre él...
Cabo Verde, África El agua sobre él... Se ungía, cual venerado líquido que resbalaba sobre la piel curtida por el sol y el viento....
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Tan solo tenía tres años, pero recuerdo a la perfección el miedo que sentía... Aquellos hombres vestidos de blanco con mascarillas, me se...
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Les habían prometido un hotel de cinco estrellas... Y las únicas que vieron, fueron las que brillan al cruzar esta dimensión y alca...
Muy comprometido tu blog y en el que se cuentan verdades como puños.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Un saludo.
Arwen
Muchas gracias Arwen!
ResponderEliminarUn saludo.